Más de la mitad, en torno a 515.000, se ubican en la provincia de Zaragoza, gracias al tirón de la capital, mientras que Huesca ofrece 157.000 hogares y Teruel 113.000. En cualquier caso, el ritmo de crecimiento se ha visto ralentizado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, la inestabilidad laboral y las dificultades para acceder a un crédito hipotecario.
Si antes de 2008 el parque de viviendas se incrementaba en 13.000 pisos de media al año en Aragón, desde ese año la cifra cayó a la mitad hasta los 6.000 de 2012. La oferta y la demanda no llegan a un acuerdo por las estrecheces económicas, pese a la caída de los precios de venta.
Y a su vez, es el mercado de segunda mano el único que genera cierto movimiento de compra-ventas, mientras el de vivienda nueva apenas tiene salida. Las transacciones de pisos usados representan ya más del 65% del total.
Según los datos de Fomento, en Aragón, durante los primeros ocho meses de 2013 se concedieron licencias de fin de obra para 1.718 viviendas, la mitad que un año antes, cuando fueron 3.402. Esta cifra es hasta un 80% más baja que en el año 2000, cuando entre enero y agosto se habían finalizado 9.444 pisos en la Comunidad, y hasta un 90% menor que en 2008, cuando se registró el máximo de la serie, con 13.321 viviendas construidas en ocho meses.
Se calcula que en la actualidad el 'stock' de viviendas nuevas sin 'propietario' superaría las 20.000 en la Comunidad. Además, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el número de inmuebles vacíos en Aragón ha aumentado un 17% en la última década y ya hay más de 100.000 en toda la Comunidad.
El alquiler como solución
Ante este panorama, no es de extrañar que sea la fórmula del alquiler la más empleada en los últimos años para las familias en apuros y los jóvenes que intentan independizarse. En Aragón, el número de familias que recurren al alquiler para habitar un piso ya supera el 12%, lo que representa más de 60.000 hogares. Antes del inicio de la crisis económica en 2007 apenas llegaban al 6,5%.El 60% del salario mínimo interprofesional, situado en 645,30 euros brutos tras la congelación para 2014 aprobada por el Gobierno, se destina al pago de la hipoteca. El propio Banco de España ha destacado en varias ocasiones que no es recomendable destinar más del 35% del salario neto mensual a la compra de una vivienda.
Por ese motivo, entre otros, un 44% de los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años todavía vive con sus padres. Quienes ya se han emancipado ha sido gracias a los alquileres baratos y las bolsas de alquiler social.
Link