Basta con darse un paseo por los portales inmobiliarios de las entidades financieras para comprobar que hay varios aspectos que se repiten. El diseño es prácticamente el mismo. Se da a elegir el tipo de inmueble que se busca (vivienda, garajes, trasteros, naves, locales, parcelas...), la provincia y el municipio. Aparece un listado, más o menos grande en función del stock de la entidad, con numerosos precios y fotografías del inmueble, así como sus características. El precio medio de las viviendas está en torno a los 150.000 euros y la gran mayoría son de segunda mano.
Los bancos tienen su propia cartera y hay otros, como Bankia o Caja España-Caja Duero, que ofrecen inmuebles a través de su Red o a través de la Sareb, el conocido como banco malo.
Se da la posibilidad de comprar, de alquilar y de alquilar con opción a compra, para dar el mayor número de facilidades. Aunque hay unos precios fijados, también se permite al cliente dar el precio para negociarlo con posterioridad aunque se suele pedir que haya visitado antes el inmueble para comprobar la seriedad y el interés de la contraoferta.
Comprar una vivienda no es tarea sencilla. Los precios han caído un 34% en cinco años, llegando a rebajas de hasta un 70% en algunos puntos que tienen promociones con una difícil salida comercial. Sin embargo, en Málaga, según la última Encuesta de Población Activa, hay cerca de 300.000 parados, el récord de la historia, y estas personas, como es lógico, están más preocupados por pagar su hipoteca y sobrevivir que por buscar otro inmueble, a no ser que intenten vender la vivienda de la que dispongan para irse de alquiler a otro lugar más barato e intentar ahorrar. Por otra parte, solo los funcionarios tienen, a priori, su puesto de trabajo garantizado, aunque critican que con los sucesivos recortes les han bajado el sueldo por encima del 20%. Los que trabajan en empresas privadas no saben qué futuro tendrán y eso retrasa la posibilidad de adquirir una vivienda.
Partiendo de esta base, la opción del alquiler sigue muy presente porque evita compromisos a largo plazo y eso ha supuesto que el precio se mantenga pese al desplome inmobiliario. Según un informe de la inmobiliaria Idealista, el precio medio del arrendamiento en Málaga estaba el año pasado en 6,4 euros por metro cuadrado, frente a los 7,9 de 2008.
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